La ONU (Organización por la Naciones Unidas) propuso celebrar cada 28 de enero el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de Efecto Invernadero o Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre como una forma de tomar iniciativas para mitigar y adaptarnos a los efectos del cambio climático. A través de la aprobación del Protocolo de Kyoto y las sucesivas conferencias de las Partes se trabajó en la contabilización de las emisiones y absorciones de CO₂ de los diferentes sectores. En este contexto, se estableció que el secuestro de carbono en las tierras agrícolas y forestales pueda ofrecer posibilidades de estrategias altamente favorables para mitigar el incremento en la atmósfera de las concentraciones de GEI (Gases de Efecto Invernadero).
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Los bosques juegan un papel importante en la moderación del flujo neto de algunos GEI entre la tierra y la atmósfera y actúan como depósitos de almacenamiento de carbono en la biomasa y en el suelo
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El Protocolo de Kyoto reconoce que las emisiones netas de carbono pueden ser reducidas de dos formas
– DISMINUIR la tasa a la cual se emiten a la atmósfera los gases de efecto invernadero. Cómo la prevención de la liberación de carbono ya fijado, conservando los ecosistemas forestales,
– INCREMENTAR la tasa por la cual esos gases son retirados de la atmósfera gracias a los sumideros. Por medio del manejo de bosques para aumentar el crecimiento, forestación, restauración de bosques degradados y agrosilvicultura, entre otras actividades.
Sin embargo debe aclararse que los bosques actúan como sumideros de carbono, lo que da como resultado una mayor absorción del dióxido de carbono atmosférico (CO2), pero al quemarse actúan como una fuente emisora de dióxido de carbono (CO2).
Desde el CGCF celebramos días como estos!
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Fotografía de R. Cárdenas